Un aspecto clave en la gestión de la facturación y los pagos en una empresa del sector del transporte es el estricto cumplimiento de los plazos y la correcta realización de la facturación.
La Ley 3/2004, de 29 de diciembre, que establece medidas de lucha contra la morosidad en las operaciones comerciales, señala que en aquellos casos en los que se agrupen facturas, éstas no pueden abarcar más de 15 días de servicios.
Asimismo, la ley establece los plazos para el pago de esos servicios. Como norma general, el pago debe realizarse en un plazo de 30 días desde la prestación del servicio o la recepción de la mercancía. Si se pacta un plazo distinto por contrato, este no puede exceder de 60 días desde la recepción de la factura.
En el transporte de mercancías, es habitual agrupar las facturas de forma mensual o acordar los plazos de pago en función de las costumbres de cada empresa. Sin embargo, muchas veces no se presta suficiente atención a lo que la ley establece.
¿Por qué es esto importante? Porque, en caso de incumplimiento, tu empresa corre el riesgo de ser sancionada de oficio por la Administración si se detecta que no se respetan los plazos y la forma correcta de facturación.
Por lo tanto, los pagos a tus transportistas deben ir siempre sobre ruedas. Te recomiendo revisar la manera en que se gestionan estos pagos para evitar posibles sanciones que puedan afectar al buen funcionamiento de tu empresa.